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Pasaron las aguas bravas y turbias del invierno. Hoy el rio se viste de azul grisáceo y se contonea ágil y cadencioso, dejando ver los cantos rodados y los sinuosos meandros donde frezan los peces.
Ya vino la calma a la ribera, con la llegada del caluroso estío. Y los mosquitos se apoderaron de las huertas, la piscina y el Plantío.
El cielo es un manto azul con pinceladas de blanco algodonado, donde un milano, cual dron sobrevuela y fotografía los paisajes: montañas de pinares al norte, al sur los molinos de viento de Rojas, al Este los encinares de Cornudilla y los Barrios, y al Oeste los páramos de Poza.
Los pueblos apiñados, de blancas casas y almacenes indecentes. Carreteras estrechas que como afilados cuchillos los atraviesan. Ruinas y construcciones chabacanas surgen como setas venenosas. Son la codicia del hombre...
... Por eso prefiero un mundo donde gobiernen los poetas. Ellos admiran los paisajes, tal como fueron creados... No los transforman con ladrillos y brea. ¡Me gustan los poetas..., que aman los paisajes y escriben... cosas bellas ¡
Ya vino la calma a la ribera, con la llegada del caluroso estío. Y los mosquitos se apoderaron de las huertas, la piscina y el Plantío.
El cielo es un manto azul con pinceladas de blanco algodonado, donde un milano, cual dron sobrevuela y fotografía los paisajes: montañas de pinares al norte, al sur los molinos de viento de Rojas, al Este los encinares de Cornudilla y los Barrios, y al Oeste los páramos de Poza.
Los pueblos apiñados, de blancas casas y almacenes indecentes. Carreteras estrechas que como afilados cuchillos los atraviesan. Ruinas y construcciones chabacanas surgen como setas venenosas. Son la codicia del hombre...
... Por eso prefiero un mundo donde gobiernen los poetas. Ellos admiran los paisajes, tal como fueron creados... No los transforman con ladrillos y brea. ¡Me gustan los poetas..., que aman los paisajes y escriben... cosas bellas ¡