Luego dicen que no hay milagros... Viendo cómo cuadran, los gastos y los ingresos del Ayuntamiento de Oña, hasta en los mismísimos céntimos. Es una obra de ingeniería administrativa. Tal vez? A alguna pedanía, quizás la de Hermosilla, le convendría a su alcalde pedáneo acercarse a que le den unas clases de esta ciencia mágica. Pues siempre hay que estar aprendiendo algo más cada día, de cultura y respeto a los bienes patrimoniales.