Buenos días, y mucha salud a los hermosillanos confinados.
En los pueblos estos encierros son más llevaderos, la vida transcurre con la misma rutina.
Tienen más disculpas para salir a ver cómo vive la vida.
Y la vida sigue viviendo. Los campos se llenan de verde,
y los animales que se fueron, revolotean por el aire limpio.
Y la esperanza vuelve a nuestros pensamientos.
Las personas podemos vivir un mes sin comida,
tres sin beber agua, siete minutos sin aire,
pero sólo unos pocos segundos, sin esperanza.
En los pueblos se detiene el tiempo. O era antes?
En las ciudades, la prisa mata la ternura.
En los pueblos estos encierros son más llevaderos, la vida transcurre con la misma rutina.
Tienen más disculpas para salir a ver cómo vive la vida.
Y la vida sigue viviendo. Los campos se llenan de verde,
y los animales que se fueron, revolotean por el aire limpio.
Y la esperanza vuelve a nuestros pensamientos.
Las personas podemos vivir un mes sin comida,
tres sin beber agua, siete minutos sin aire,
pero sólo unos pocos segundos, sin esperanza.
En los pueblos se detiene el tiempo. O era antes?
En las ciudades, la prisa mata la ternura.