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Desfiladero del Purón, HERRAN

Impresionante desfiladero atravesando el anticlinal de la Sierra de Árcena y uniendo los Valles de Tobalina en Burgos con Valderejo en Álava. Transitado desde muy antiguo por ser el único y obligado paso en muchos kilómetros. En su interior, aún se encuentran restos de una antigua calzada de origen romano, así como restos de una ermita.

La ruta del desfiladero del Río Purón nos lleva por un precioso paisaje que a través de una sencilla calzada comunica el pueblo de Herrán, en el burgalés valle de Tobalina, con el despoblado pueblo de Ribera, en el parque natural de Valderejo en Álava. Todo ello a través de un espectacular desfiladero que podemos disfrutar sobre todo en la parte más cercana a Burgos. En total son unos 9 Km sin demasiado desnivel y que podemos completar fácilmente en unas 3 horas más el tiempo que dediquemos a disfrutar del paisaje.

En Herrán hay un aparcamiento en la parte baja del pueblo aunque se puede seguir con el coche un poco más arriba y dejarlo en una campa que hay ya iniciada la pista. De hecho alguna vez he visto coches hasta en otra campa más adelante donde empieza el desfiladero y hay una puerta que impide el paso a cualquier tipo de vehículos. Yo no me atrevería a meter el coche hasta allí, pero se ve que hay gente que sí. En cualquier caso merece la pena hacer la pista caminando desde el principio pues el paisaje es realmente espectacular.

La senda inicialmente es ancha y de grava, fácil de seguir. Muy cerca del pueblo de Herrán se encuentra las ruinas de la ermita de San Roque y San Felices bajo un farallón rocoso al otro lado del río. Se accede por un puente romano frente al merendero. Un poco más adelante y en una zona ya espectacular, tras pasar la barrera de entrada al parque el río Purón avanza por un profundo desfiladero. En un par de kilómetros, tras un ligero ascenso, entramos en el Parque Natural de Valderejo. Aquí el sendero llega a desaparecer en algunos tramos que van directamente por roca pero es muy sencillo. Las vistas hacia los montes que bordean el desfiladero y hacia abajo son preciosas. La ruta sigue ascendiendo y con amplias vistas hasta una zona en la que ya nos introducimos en el bosque. Durante la subida nos encontramos con una cascada llamada "El chorro" aunque el día que hicimos el recorrido bajaba con muy poca agua y no era demasiado vistosa.

Tras terminar este primer tramo de subida por el amplio camino del desfiladero estamos casi al nivel del río y el paisaje pierde espectacularidad pero a cambio podemos acceder al río en numerosos puntos y ver rincones muy interesantes. El camino gira hacia la derecha para introducirnos en la segunda garganta donde vamos caminando por el interior de un bosque, cosa que se agradece en un día soleado como el que elegimos. Aquí las paredes se estrechan y caminamos muy cerca del río. Se pasa por algunos puentes de madera y al final de esta zona pasamos por otro punto bastante pintoresco, en el que el camino toma cierta altura sobre el río y avanzas sobre una repisa pegada a la roca. Es otra de las zonas más bonitas del recorrido.

Al final del desfiladero, el camino se abre y nos deja en una gran pradera. A la izquierda tenemos algunas cimas que superan los 1000 m. y a la derecha nos sigue acompañando el río Purón. Desde este punto ya se puede ver la torre de la iglesia de Ribera, la única construcción que queda en pie en este antiguo y hoy abandonado pueblo. En la pradera hay numerosos caballos que pastan libremente. Pasamos por un merendero y desde allí llegamos a la iglesia de Ribera, donde merece la pena visitar las ruinas de su Iglesia y admirar los restos de sus frescos. La iglesia tiene en su interior una especia de celda para evitar que progreses hacia las paredes. La verdad es que la iglesia está en muy mal estado pero las pinturas son algo inesperado en ese edificio tan derruido.

Tras la visita a la iglesia bajamos a la zona del merendero muy cercana al río y aprovechamos para comer algo allí y descansar a la sombra de unos manzanos. Tras descansar y relajarnos un rato – el lugar es maravilloso, con las ruinas cerca, el río, la enorme pradera en frente de nuestra posición… - iniciamos el camino de vuelta. Lo hacemos por la misma ruta descendiendo el desfiladero. También existe la posibilidad de hacer un tramo circular ascendiendo desde Ribera por el monte Santa Ana que tiene un buen mirador con vistas bastante amplias y enlazando con el camino de ida. Y ya de vuelta en Herrán merece la pena entrar en la posada de la Torre de Herrán para admirar las pinturas murales del siglo XV que contiene en su interior. Es una verdadera maravilla, oculta en este pequeño pueblo burgalés.

El sendero también podría realizarse en sentido contrario pero Ribera no es accesible en coche por lo que hay que sumar unos cuantos Km más desde la casa del parque de Valderejo. La ruta se hace más larga aunque Valderejo es un lugar maravilloso para pasear y en conjunto puede ser una ruta muy interesante y tampoco excesivamente dura pues a pesar de la longitud el desnivel no es importante y la pista está en muy buen estado.