Me ha encantado encontrar esta
fotografía porque este es mi arroyo, el arroyo donde en los años 70 y con apenas 10 años yo lavaba mi ropa y la de mi
familia durante el mes de vacaciones; me encantaba, frotaba y frotaba sobre la "tabla de lavar" de madera y gachupeaba en el
agua con mucho gusto. Ahora eso pasó a la
historia. ¡Pero seguimos teniendo a nuestra adorada
Virgen de la
Cueva!