Sus habitantes han celebrado su fe a lo largo de los siglos en una
iglesia, dedicada a
San Juan Bautista, barroca, de una nave con cubiertas de estuco y madera.
Su
ábside es rectangular. Tiene una
portada amplia, de
arco rebajado con impostas y grandes dovelas y
torre en
espadaña chata, rematada en pináculos, con dos huecos y dos
campanas; y un campanillo en un añadido del
campanario.
La
pila es
románica con gallones muy acusados y mascarones; y el
retablo mayor es clasicista, de Juan Arteaga y José de Castro, en 1610, bueno, con
un San Juan Bautista y relieves.
En otro hay una
Virgen sedente con el Niño del siglo XIV.
Sus libros parroquiales comienzan en el año 1852.
Tiene una interesante
ermita, bajo la
roca que domina la iglesia, dedicada a la Virgen de la
Cueva, ya que está localizada en una cueva, de unos
200 m², en la que se han hallado vestigios prehistóricos, aras celtas dedicadas a AEIO VAICINO, y una árula
romana dedicada a Hércules. Al exterior
sólo se ve una
fachada barroca con
hornacinas y seis imágenes de
piedra y espadaña rematada en pináculos, con tres huecos y un campanillo. Tiene un retablo barroco con el presbiterio entre
rejas.
Están catalogados en sus tierras un yacimiento arqueológico
Medieval y, además, otro posiblemente Medieval y cuatro de época sin determinar 84.
Sin duda pasaría por sus tierras la calzada romana que supone José Antonio Abásolo Álvarez, remontando el curso del
río Riaza, hacia Sepúlveda