Me encanta hontangas sus gentes y sus preciosos rincones. La cantidad de veces que hemos saltado este arroyo, y alguna de ellas sin llegar a la otra orilla caer en el y salir calado hasta arriba riendonos y nuestras abuelas chilando detrás de nosotros...aquellos inolvidables veranos... Me ha encantado encontrar esta fotografía porque este es mi arroyo, el arroyo donde en los años 70 y con apenas 10 años yo lavaba mi ropa y la de mi familia durante el mes de vacaciones; me encantaba, frotaba y frotaba sobre la "tabla de lavar" de madera y gachupeaba en el agua con mucho gusto. Ahora eso pasó a la historia. ¡Pero seguimos teniendo a nuestra adorada Virgen de la Cueva!