Admiración y miedo me produce esta foto, admiración por su belleza; miedo por su enorme profundidad. Os hago saber que cuando yo era adolescente y la visitaba en compañía de mis amigos, todos del pueblo, nos entreteníamos en lanzar una piedra al interior de la fuente y de forma apreciativa imaginábamos su profundidad por el tiempo que tardábamos en percibir su sonido cuando alcanzaba el fondo. De todos es sabido, que muchos años después de entonces los espereólogos constataron que es, en efecto, ... (ver texto completo)