Albura de María
Eres María, mi preciado nombre
Que acepta del Señor, ya consumada,
La concepción, aun siendo inmaculada,
Del niño Dios, y
santo niño hombre.
Es gran misterio que al humano asombre,
Y parezca a la gente una charada;
En el
Cielo ser del Señor premiada,
Y en siglos, la mujer de más renombre.
Como alegra la
nieve blanca y pura,
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