Esta pequeña
escultura de la
Virgen con su Casita-Templo, Estaba en nuestro
pueblo en la década de los 40 y 50. Existía la piadosa y devóta
costumbre de ir de hogar en hogar donde permanecía un corto espacio de tiempo. Durante ésta corta estancia las
famílias cristianas rezaban juntas el
Santo Rosario y a la despedida se la ofrecia una limosna a la vez que se la pedía salud para todos los miembros de la
casa.