en los años 60 habia en el
pueblo muchas
casas que tenian en la entrada un parral como éste. Ahora apenas queda el que veis en ésta
foto. Estaban lindamente cuidados y se encontraban normalmente todos en orientación sur para paliar nuestro duro clima. Mis abuelos maternos tenian uno. Era un delicia y daba uva blanca. En las tertúlias que muchas veces se hacian después del trabajo, la gente se situaban bajo estas parras. Y los niños nos sentiamos muy
felices entre un marco tan bonito escuchando las conversaciones de los mayores.