cuando yo era pequeñito, allá por los años 50, las mujeres del
pueblo solian ir a lavar la lana recien esquilada, para después hacer colchones con ella u otras prendas de abrigo como calcetines y jerseises. El lugar escogido casi siempre era en la confluencia de los
rios Valparaiso y Arlanza, una vez lavada la ponian a secar encima de las aliagas. cuando estaba seca la apaleaban para "ahuecarla"; quedando ya lista para otras labores como cardado, hilado y tegido.