cada año, al llegar el buen tiempo cada propietario Esquilaba sus
Ovejas. Se las ataban las patas para inmovilizarlas con el fin de evitar heridas involuntarias. El esquileo era manual, es decir sin máquinas eléctricas como hay ahora. Se llevaba a cabo con una tijera especial, de origen ingles, que aun conservamos en el
pueblo. Las ovejas eran bañadas después en el
rio para su aseo.