¡cuantos ratos! de distracción y pasatiempo nos proporcionó este invento gallego a niños, adolescentes, y algunos grandes también. En el
mesón sólo habia uno en compañia de un billar. Los dos eran utilizados, pero el que casi siempre estaba ocupado era el futbolin. Y claro esta, como habia pocos ratos de ocio, eran los Domingos cuando alcanza el maximo tiempo de ocupación. Es un
juego
sano, con poco gasto y sin consumir mas energias que las humanas.