siempre se ha llorado a los muertos por parte de sus seres queridos que se quedan en este
Valle de Lágrimas, pero también se les ha llorado por parte de las personas no familiares previo pago concertado para este fin. En mis siete años de monaguillo en el
pueblo sólo ví una vez esta situación. Y yo, que por aquel entonces andaba aun muy verde de los aconteceres de la vida se me ocurrió preguntar a un adulto ¿por qué aquellas personas vestidas de riguroso negro, que no eran familiares del difunto lloraban? Y el adulto en cuestión que conocia bien la situación me dijo:"Anda, porque las pagan". Y así quedó gravado en mi memoria una ancestral
costumbre que no la he vuelto a ver ni a sentir en ninguna otra parte de
España. En este caso las lloronas no eran del pueblo, sino de otro pueblo vecino, exactamente de
Contreras.