en nuestro
pueblo se cosechan judias desde hace muchos años, no en cantidades grandes, sino modestas y suficientes para el autoconsumo. Después de coger las vainas de las plantas, tradicionalmente son tendidas en unas mantas al sol para que se tuesten las vainas y suelten el grano o alubia. Este proceso se lleva a cabo, una vez tostadas se abarean para desprender el
fruto. La judia roja es muy nutritiva, gustosa y apreciada en nuestra humilde gastronomia.