En los años 40 y 50 del pasado siglo recibiamos en nuestro
pueblo muchos vendedores ambulantes con su mercancia dentro de su carrito tirado por un equino.
Hoy siguen llegando algunos de estos vendedores pero no ya con sus carritos sino con su modernos
coches. Tenian estos hombres un trabajo muy duro por las crudas condiciones climáticas de aquel entonces. Tambien desde nuestro pueblo salian varios vendedores de estos a vender a los
pueblos vecinos, algunos sólo con su equino y alforjas y sin tan siquiera llevando carrito. Valga esta imagen como recuerdo querido hacia aquellos sacrificados hombres.