dos frescos procedentes del
Monasterio de Arlarza, después de pasar por avatares de la
Historia; fueron a parar al
Museo de los
Claustros de Nueva Yor.
Aqui les vemos en su sala de
exposición perfectamente colocados y guardados.
A nosotros nos queda la imagen, que no queremos perderla, y la nostalgia de unas obbras de
arte que no debieron salir nunca de nuestro Pais.