toda la puesta de huevos de las aves no se lleva a buen fin, algunos perecen en los primeros esbozos de la vida. Esta pequeña golondrina no calculó bien sus fuerzas en sus primeros vuelos y quedó
posada, y por tanto varada en el suelo; con la consiguiente circunstancia de no poder remontar vuelo por si misma. Toamada en nuestra mano la ayudamos a seguir la aventura de la vida.