Marcelino esta historia pienso que es perfecta en esta foto.
UNA MONEDA DE ¡AY!
Cuento popular recogido por Juan de Timoneda (S. XVI) en su libro «Sobremesa y alivio de caminantes» (Cuento LI)
Francisco J. Briz Hidalgo
Tenía un caballero un criado nuevo, un mozo llamado Pedro que parecía un poco tonto. Para burlarse de él, le dio dos monedas y le dijo:
- Pedro, vete al mercado y cómprame una moneda de uvas y otra de ¡ay!
El pobre mozo compró las uvas, pero cada vez que pedía una moneda de ¡ay! todos se reían y mofaban de él.
Al darse cuenta de la burla de su amo, puso las uvas en el fondo de una bolsa y sobre las uvas un manojo de ortigas.
Cuando regresó a su casa, le dijo su amo:
- ¿Lo traes todo?
Contestó el mozo:
- Sí, señor, está todo en la bolsa.
El caballero extrañado metió rápidamente la mano y al tocar las ortigas, exclamó:
- ¡Ay!
A lo que dijo el mozo:
- Debajo están las uvas, señor.
UNA MONEDA DE ¡AY!
Cuento popular recogido por Juan de Timoneda (S. XVI) en su libro «Sobremesa y alivio de caminantes» (Cuento LI)
Francisco J. Briz Hidalgo
Tenía un caballero un criado nuevo, un mozo llamado Pedro que parecía un poco tonto. Para burlarse de él, le dio dos monedas y le dijo:
- Pedro, vete al mercado y cómprame una moneda de uvas y otra de ¡ay!
El pobre mozo compró las uvas, pero cada vez que pedía una moneda de ¡ay! todos se reían y mofaban de él.
Al darse cuenta de la burla de su amo, puso las uvas en el fondo de una bolsa y sobre las uvas un manojo de ortigas.
Cuando regresó a su casa, le dijo su amo:
- ¿Lo traes todo?
Contestó el mozo:
- Sí, señor, está todo en la bolsa.
El caballero extrañado metió rápidamente la mano y al tocar las ortigas, exclamó:
- ¡Ay!
A lo que dijo el mozo:
- Debajo están las uvas, señor.