Fantástico labrador,
vuelvo a mis
campos. ¡Señor,
cuánto te bendecirán
los sembradores del
pan!
Señor, ¿no es tu
lluvia ley,
en los campos que ara el buey,
y en los
palacios del rey?
¡Oh,
agua buena, deja vida
en tu huida!
Buenos dias Marcelino
Un bonito dia te deseo
Un abrazo