A LA SIEMPREVIVA
Cuando el alma primavera
con sus joyas peregrinas
engalana la pradera,
los valles y las colinas;
Y las hojas entreabriendo
leve aroma exhala apenas
la rosa, y van descubriendo
su cáliz las azucenas;
Y su capullo amarillo
de pura esencia desplega
el delicado junquillo
en la espalda de la vega;
Cuando la plácida aurora
el garzo cuello levanta,
y el tulipán cimbradora
descubre la tierna planta;
Una flor nace entre aquellas
émula de las estrellas
en el rubio tornasol,
y que brilla como ellas
a los reflejos del sol.
Cuando el alma primavera
con sus joyas peregrinas
engalana la pradera,
los valles y las colinas;
Y las hojas entreabriendo
leve aroma exhala apenas
la rosa, y van descubriendo
su cáliz las azucenas;
Y su capullo amarillo
de pura esencia desplega
el delicado junquillo
en la espalda de la vega;
Cuando la plácida aurora
el garzo cuello levanta,
y el tulipán cimbradora
descubre la tierna planta;
Una flor nace entre aquellas
émula de las estrellas
en el rubio tornasol,
y que brilla como ellas
a los reflejos del sol.