Martes 1 de Febrero
Cecilio, Severiano
INICIO
Heb 12,1-4: Corramos la carrera que nos toca, sin retirarnos
Salmo 21: Te alabarán, Señor, los que te buscan
Mc 5,21-43: Tu fe te ha sanado
El texto que leemos hoy tiene como personajes principales a dos mujeres que son sanadas y salvadas de la muerte gracias al poder divino de Jesús y al poder de la fe. Existe un punto en común en estas dos mujeres: las dos están perdiendo la vida, a las dos se les agota el tiempo y necesitan ser liberadas de los brazos de la muerte, y para ello acuden al Maestro, al único en quien encuentran la posibilidad de una vida nueva. La hemorroisa, mujer que padecía de flujos de sangre desde hacía doce años, y Jairo, quien representa a su hija y a las autoridades religiosas del pueblo judío, poseen una fe infinita en la fuerza salvífica de Jesús; reconocen que él es capaz de devolver al ser humano su verdadera dignidad y la verdadera vida, cosa que el sistema religioso y social de la época no ofrecía a los más débiles, y, por el contrario, se encargaba de marginarlos y de condenarlos a una muerte en vida. Estas dos acciones milagrosas de Jesús son la respuesta a una fe sencilla, firme (la hemorroisa) y probada (Jairo).
Colaboración Servicio Bíblico Latinoamericano
buen dia hortiguela
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Heb 12,1-4: Corramos la carrera que nos toca, sin retirarnos
Salmo 21: Te alabarán, Señor, los que te buscan
Mc 5,21-43: Tu fe te ha sanado
El texto que leemos hoy tiene como personajes principales a dos mujeres que son sanadas y salvadas de la muerte gracias al poder divino de Jesús y al poder de la fe. Existe un punto en común en estas dos mujeres: las dos están perdiendo la vida, a las dos se les agota el tiempo y necesitan ser liberadas de los brazos de la muerte, y para ello acuden al Maestro, al único en quien encuentran la posibilidad de una vida nueva. La hemorroisa, mujer que padecía de flujos de sangre desde hacía doce años, y Jairo, quien representa a su hija y a las autoridades religiosas del pueblo judío, poseen una fe infinita en la fuerza salvífica de Jesús; reconocen que él es capaz de devolver al ser humano su verdadera dignidad y la verdadera vida, cosa que el sistema religioso y social de la época no ofrecía a los más débiles, y, por el contrario, se encargaba de marginarlos y de condenarlos a una muerte en vida. Estas dos acciones milagrosas de Jesús son la respuesta a una fe sencilla, firme (la hemorroisa) y probada (Jairo).
Colaboración Servicio Bíblico Latinoamericano
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