
Un hombre y una mujer
dos almas mortales
vestidas de sonrisas permanentes.
Cuatro manos desnudas
ceñidas unas con otras
pasos acompasados en la distancia
regazo abierto que los ampara,
reposan sus rostros
entre besos y sonrisas
en el pecho cálido amigo
sinfonías de escuchas
sin tiempo ni relojes
besos que enjugan lágrimas
del aliento perdido
comprensión enmudecida
voces quedas
entre susurros
que se reclaman
un hombre y una mujer
unidos en un todo.
HASTA MAÑANA
dos almas mortales
vestidas de sonrisas permanentes.
Cuatro manos desnudas
ceñidas unas con otras
pasos acompasados en la distancia
regazo abierto que los ampara,
reposan sus rostros
entre besos y sonrisas
en el pecho cálido amigo
sinfonías de escuchas
sin tiempo ni relojes
besos que enjugan lágrimas
del aliento perdido
comprensión enmudecida
voces quedas
entre susurros
que se reclaman
un hombre y una mujer
unidos en un todo.
HASTA MAÑANA