buenas noches visitantes de hortiguela
Muy buenos días garbiñe, mis saludos para ti y para todo el foro
gracias maria
POEMA
I
Cuando escribí de aquel "frio",
varias décadas atrás,
hace mas de medio siglo
de aquella oportunidad,
el temblor fue mi testigo
en esa noche fatal,
cantaba al amor perdido,
detrás del inmenso mar,
el primero, casi un niño,
me hundió en la eternidad,
tal como la del rio,
que sabe que morirá,
temeroso, confundido,
cuando repose en el mar.
Ese amor, tal vez un lirio
de perfume universal...!
II
Impecable el destino,
- de una belleza sin par -
fue y cruzo en mi camino
a una niña angelical,
que me dio los cuatro hijos,
nietos y... la soledad!
Transcurrido medio siglo,
como un instante fugaz...
He jugado y he perdido...!
mis poemas al azar,
rodeado de intenso frio,
frente a la muerte, quizás...
y hasta horizontes caídos
en un profundo espiral...
Una vez nos prometimos:
el amor hasta el final!
sin embargo el destino
decidió no prolongar
la agonía del cariño
en el instante crucial...!
III
Finalmente en mi camino,
una sirena del mar,
solitaria, sin abrigo
puso mi alma a cantar.
Vi sus ojos y el rocío,
que manaba sin piedad,
y que fue como bautismo,
de ternura sin igual,
primavera del destino:
- una musa de cristal -
cientos de versos escritos,
ida y vuelta... sin parar!
Cuando la veo y la miro,
- muy pocas veces quizás -
ansioso y estremecido
por su belleza sin par,
se encienden los delirios,
en el alma de besar.
Besos esperados siglos,
y soñados mucho mas!
que derriben los sombríos
muros de mi soledad
y aceleren los latidos
del corazón sin piedad.
Sin duda que asi sentido
es el amor final...!
Federico L. M. de Luque
I
Cuando escribí de aquel "frio",
varias décadas atrás,
hace mas de medio siglo
de aquella oportunidad,
el temblor fue mi testigo
en esa noche fatal,
cantaba al amor perdido,
detrás del inmenso mar,
el primero, casi un niño,
me hundió en la eternidad,
tal como la del rio,
que sabe que morirá,
temeroso, confundido,
cuando repose en el mar.
Ese amor, tal vez un lirio
de perfume universal...!
II
Impecable el destino,
- de una belleza sin par -
fue y cruzo en mi camino
a una niña angelical,
que me dio los cuatro hijos,
nietos y... la soledad!
Transcurrido medio siglo,
como un instante fugaz...
He jugado y he perdido...!
mis poemas al azar,
rodeado de intenso frio,
frente a la muerte, quizás...
y hasta horizontes caídos
en un profundo espiral...
Una vez nos prometimos:
el amor hasta el final!
sin embargo el destino
decidió no prolongar
la agonía del cariño
en el instante crucial...!
III
Finalmente en mi camino,
una sirena del mar,
solitaria, sin abrigo
puso mi alma a cantar.
Vi sus ojos y el rocío,
que manaba sin piedad,
y que fue como bautismo,
de ternura sin igual,
primavera del destino:
- una musa de cristal -
cientos de versos escritos,
ida y vuelta... sin parar!
Cuando la veo y la miro,
- muy pocas veces quizás -
ansioso y estremecido
por su belleza sin par,
se encienden los delirios,
en el alma de besar.
Besos esperados siglos,
y soñados mucho mas!
que derriben los sombríos
muros de mi soledad
y aceleren los latidos
del corazón sin piedad.
Sin duda que asi sentido
es el amor final...!
Federico L. M. de Luque