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LA ZORRA Y LA CIGÜEÑA
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Una zorra envidiaba la elagancia y la esbeltez de su vecina.
la cigüeña." ¡Cómo me gustaría dejarla en ridículo!", se decía.
Hasta que un buen día se le ocurrió una idea:" ¡Ya la tengo!".
La zorra acudió a casa de la cigüeña y le dijo con la mayor
cortesía:
-Querida vecina, ¿le apetecería cenar conmigo esta noche?
-Será un placer -respondió la cigüeña.
Aquella noche, la zorra se deshizo en atenciones con su
invitada, pero a la hora de cenar, no le sirvió más que un
poco de sopa en un plato llano. La cigüeña tenía mucha hambre,
pero tuvo que contentarse con mojar la punta de su largo pico en la sopa. La zorra sin embargo, vació su plato en un abrir y cerrar de ojos.
- ¿Le ha gustado la cena?-preguntó al final.
-Estaba riquísima -respondió la cigüeña--, tratando de disimular su enfado.
La cigüeña ingenió un plan para vengarse de la zorra, y lo puso en marcha
al instante.
-Para agradecerle su amabilidad-dijo-, me gustaría invitarla a cenar
a mi casa mañana.
-Iré encantada -respondió la zorra-.
Al anochecer del día siguiente, la zorra se presentó en casa de la
cigüeña, que estaba cocinando una sopa de pescado. La zorra tenía
tanta hambre, al olor deliciosos del aroma de la sopa, se le hizo
la boca agua.
-Pase, pase, la estaba esperando-dijo la cigüeña al abrir la puerta.
Enseguida se sentaron a la mesa, pero la cigüeña sirvió la sopa en una
jarra de cristal de cuello muy estrecho.
-Verá como le gusta-le dijo a la zorra
¿Por qué me hace esto?-protestó la zorra- ¡No puedo comer
de la jarra, y usted lo sabe muy bien!
Mi querida amiga-le replicó la cigüeña-, estoy segura de que está
disfrutando de la cena tanto como yo disfruté de la que usted me
ofreció ayer en su casa.
.............................. .............................. .....
Moraleja: Trata a los demás como a ti te gusta ser tratado.
Fábula de Esopo.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
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Una zorra envidiaba la elagancia y la esbeltez de su vecina.
la cigüeña." ¡Cómo me gustaría dejarla en ridículo!", se decía.
Hasta que un buen día se le ocurrió una idea:" ¡Ya la tengo!".
La zorra acudió a casa de la cigüeña y le dijo con la mayor
cortesía:
-Querida vecina, ¿le apetecería cenar conmigo esta noche?
-Será un placer -respondió la cigüeña.
Aquella noche, la zorra se deshizo en atenciones con su
invitada, pero a la hora de cenar, no le sirvió más que un
poco de sopa en un plato llano. La cigüeña tenía mucha hambre,
pero tuvo que contentarse con mojar la punta de su largo pico en la sopa. La zorra sin embargo, vació su plato en un abrir y cerrar de ojos.
- ¿Le ha gustado la cena?-preguntó al final.
-Estaba riquísima -respondió la cigüeña--, tratando de disimular su enfado.
La cigüeña ingenió un plan para vengarse de la zorra, y lo puso en marcha
al instante.
-Para agradecerle su amabilidad-dijo-, me gustaría invitarla a cenar
a mi casa mañana.
-Iré encantada -respondió la zorra-.
Al anochecer del día siguiente, la zorra se presentó en casa de la
cigüeña, que estaba cocinando una sopa de pescado. La zorra tenía
tanta hambre, al olor deliciosos del aroma de la sopa, se le hizo
la boca agua.
-Pase, pase, la estaba esperando-dijo la cigüeña al abrir la puerta.
Enseguida se sentaron a la mesa, pero la cigüeña sirvió la sopa en una
jarra de cristal de cuello muy estrecho.
-Verá como le gusta-le dijo a la zorra
¿Por qué me hace esto?-protestó la zorra- ¡No puedo comer
de la jarra, y usted lo sabe muy bien!
Mi querida amiga-le replicó la cigüeña-, estoy segura de que está
disfrutando de la cena tanto como yo disfruté de la que usted me
ofreció ayer en su casa.
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Moraleja: Trata a los demás como a ti te gusta ser tratado.
Fábula de Esopo.
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