EL CIERVO Y SU REFLEJO
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A la caída de la tarde un ciervo se dirigió a un claro
del bosque donde había un lago profundo y apacible. Al inclinarse
a beber, se vio reflejado en la superficie del agua y se puso a pensar:
-" ¡Hay que ver qué atractiva y poderosa es mi cornamenta!
En cambio, mis patas son tan feas y endebles que hasta me da
vergüenza de verlas".
Cuando el ciervo se encontraba más apesadumbrado por estos pensamientos
oyó a lo lejos una jauría de perros.
Los cazadores!, dedujo y buscó un escondrijo para que los perros no lo
encontraran-Pero cuando trataba de ocultarse detrás de unos árboles, l
astas se le quedaron trabadas en unas ramas bajas.-"Malditos cuernos!",
se dijo.-" ¡Por su culpa, los perros me atraparán!" Al ciervo le temblaban
las carnes de miedo, pero no se dió por vencido, comenzó a sacudir la
cabeza y a cocear con fuerza una y otra vez, al final logró romper las
ramas y liberar su cornamenta.
" ¡Las patas me han salvado!", se dijo entonces.
Y en efecto, las patas endebles y feas que tanto le avergonzaban
habían logrado salvarle la vida.
No te quejes de lo feo, porque puede ser más útil que lo hermoso
y perfecto.
Fábula de Esopo.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. -.-.-.-.-
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A la caída de la tarde un ciervo se dirigió a un claro
del bosque donde había un lago profundo y apacible. Al inclinarse
a beber, se vio reflejado en la superficie del agua y se puso a pensar:
-" ¡Hay que ver qué atractiva y poderosa es mi cornamenta!
En cambio, mis patas son tan feas y endebles que hasta me da
vergüenza de verlas".
Cuando el ciervo se encontraba más apesadumbrado por estos pensamientos
oyó a lo lejos una jauría de perros.
Los cazadores!, dedujo y buscó un escondrijo para que los perros no lo
encontraran-Pero cuando trataba de ocultarse detrás de unos árboles, l
astas se le quedaron trabadas en unas ramas bajas.-"Malditos cuernos!",
se dijo.-" ¡Por su culpa, los perros me atraparán!" Al ciervo le temblaban
las carnes de miedo, pero no se dió por vencido, comenzó a sacudir la
cabeza y a cocear con fuerza una y otra vez, al final logró romper las
ramas y liberar su cornamenta.
" ¡Las patas me han salvado!", se dijo entonces.
Y en efecto, las patas endebles y feas que tanto le avergonzaban
habían logrado salvarle la vida.
No te quejes de lo feo, porque puede ser más útil que lo hermoso
y perfecto.
Fábula de Esopo.
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