EL HORTELANO Y LOS OLMOS
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Tenía el hortelano unos frondosos y erectos olmos
en la huerta, en los cuales había puesto toda su afición,
siendo así que de nada le servían, sino recreación. y
adorno. Guió hacia ellos un verano, escaso de agua, casi
todo el riego se sus estanques, dejando tan poco para el
criadero de verduras, que cuando fue a replantar la huerta
para la sustitución del año siguiente, halló seco todo el
tierno plantío; y no pudiendo sacar así todo lo necesario
para pasar la vida, tuvo necesidad de cortar los olmos y
venderlos para no morir de hambre, y quedándose así sin
uno y sin otro, repetía con dolor: Todo el que cuide más
las cosas de lujo que las de primera necesidad imitará
mi yerro y mi desgracia.
Fábula de F. G. Salas.
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Tenía el hortelano unos frondosos y erectos olmos
en la huerta, en los cuales había puesto toda su afición,
siendo así que de nada le servían, sino recreación. y
adorno. Guió hacia ellos un verano, escaso de agua, casi
todo el riego se sus estanques, dejando tan poco para el
criadero de verduras, que cuando fue a replantar la huerta
para la sustitución del año siguiente, halló seco todo el
tierno plantío; y no pudiendo sacar así todo lo necesario
para pasar la vida, tuvo necesidad de cortar los olmos y
venderlos para no morir de hambre, y quedándose así sin
uno y sin otro, repetía con dolor: Todo el que cuide más
las cosas de lujo que las de primera necesidad imitará
mi yerro y mi desgracia.
Fábula de F. G. Salas.
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