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LA CORNEJA
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Un ermitaño que vivía en el bosque,
vió como un halcón daba un trozo de
carne a una corneja jovencita.
El ermitaño quedó sorprendido ante
aquella escena.
-Gracias a la Providencia-exclamó-
esta corneja no pasará hambre. Dios
manda a ete halcón que alimente al
huérfano extraño. Dios nutre a todos
los seres animados y nosotrtos sólo
pensamos en nosotros mismos. Pero yo
no me cuidaré nunca más de mí, no haré
provisiones. Puesto que Dios cuida de sus
criaturas, también cuidará de mí.
Efectivamente: se sentó en el bosque y
sin moverse, pasó todo el tiempo en
oración. Tres dáss con sus noches estuvo
sin comer y sin beber que ni podía
levantar el brazo. Se durmió de debilidad
y en sueños le pareció que un anciano
se acercaba a él y le decía:
- ¿Por qué no buscas con qué alimentarte?
Piensas ser agradable a Dios y no haces
otra cosa que ofenderle,Él ha dispuesto
el mundo de modo que cada cual pueda
atender sus necesidades: mandó al halcón
que diera de comer a la joven corneja,
por que si no hubiera muerto de hambre
al no poder buscar por sí misma su sustento.
Pero tu puedes trabajar.
Y no trabajando tientas a Dios y cometes
un pecado. Despierta y trabaja como antes,
que tú sí puedes, no seas perezoso.
El ermitaño despertó y vivió como lo
había hecho hasta entonces.
León Tolstoi.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. -.-
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Un ermitaño que vivía en el bosque,
vió como un halcón daba un trozo de
carne a una corneja jovencita.
El ermitaño quedó sorprendido ante
aquella escena.
-Gracias a la Providencia-exclamó-
esta corneja no pasará hambre. Dios
manda a ete halcón que alimente al
huérfano extraño. Dios nutre a todos
los seres animados y nosotrtos sólo
pensamos en nosotros mismos. Pero yo
no me cuidaré nunca más de mí, no haré
provisiones. Puesto que Dios cuida de sus
criaturas, también cuidará de mí.
Efectivamente: se sentó en el bosque y
sin moverse, pasó todo el tiempo en
oración. Tres dáss con sus noches estuvo
sin comer y sin beber que ni podía
levantar el brazo. Se durmió de debilidad
y en sueños le pareció que un anciano
se acercaba a él y le decía:
- ¿Por qué no buscas con qué alimentarte?
Piensas ser agradable a Dios y no haces
otra cosa que ofenderle,Él ha dispuesto
el mundo de modo que cada cual pueda
atender sus necesidades: mandó al halcón
que diera de comer a la joven corneja,
por que si no hubiera muerto de hambre
al no poder buscar por sí misma su sustento.
Pero tu puedes trabajar.
Y no trabajando tientas a Dios y cometes
un pecado. Despierta y trabaja como antes,
que tú sí puedes, no seas perezoso.
El ermitaño despertó y vivió como lo
había hecho hasta entonces.
León Tolstoi.
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