CANCIÓN
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Triste canta el prisionero
encerrado en su prisión,
y a sus lamentos responde
su cadena en triste son.
Ábreme ¡oh viento! camino a la voz.
Van mis horas, van mis días
mi esperanza carcomiendo,
el valor va sucumbiendo
vase helando el corazón.
Cuanto espeto desespero;
que en destierro tan tirano,
sólo escucha el viento vano
mi cantar y mi aflición.
Ábreme ¡oh viento! camino a la voz.
Si a tu oído, vida mía,
mi canción llegar pudiera,
yo se bien que no muriera
al rigor de mi prisión.
Mas tu gozas descuidada
de mis cuitas bien ajena,
mientras ronca mi cadena,
me acompaña en triste son.
Ábreme ¡oh viento! camino a la voz.
¡Cuantas veces, despertando
por el cristal del deseo,
me imagino que te veo
en amorosa ilusión!
Yo te llamo y te acaricio,
los brazos audaz te tiendo;
mas tu me huyes, y yo entiendo
¡ay de mí! que sueños son.
Ábreme ¡oh viento! camino a la voz.
Ríe y canta, y goza y vive,
mientras sueño y canto y lloro
los hechizos que en tí adoro
vida y sol del corazón.
Aquí en tanto, hermosa mía,
¡norte y faro de mis ojos!,
al rigor de tus enojos
y al dolor de su pasión.
Triste canta el prisionero
encerrado en su prisión,
y a sus lamentos responde
su cadena en ronco son.
Ábreme oh viento! el camino a la voz.
José Zorrilla.
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Triste canta el prisionero
encerrado en su prisión,
y a sus lamentos responde
su cadena en triste son.
Ábreme ¡oh viento! camino a la voz.
Van mis horas, van mis días
mi esperanza carcomiendo,
el valor va sucumbiendo
vase helando el corazón.
Cuanto espeto desespero;
que en destierro tan tirano,
sólo escucha el viento vano
mi cantar y mi aflición.
Ábreme ¡oh viento! camino a la voz.
Si a tu oído, vida mía,
mi canción llegar pudiera,
yo se bien que no muriera
al rigor de mi prisión.
Mas tu gozas descuidada
de mis cuitas bien ajena,
mientras ronca mi cadena,
me acompaña en triste son.
Ábreme ¡oh viento! camino a la voz.
¡Cuantas veces, despertando
por el cristal del deseo,
me imagino que te veo
en amorosa ilusión!
Yo te llamo y te acaricio,
los brazos audaz te tiendo;
mas tu me huyes, y yo entiendo
¡ay de mí! que sueños son.
Ábreme ¡oh viento! camino a la voz.
Ríe y canta, y goza y vive,
mientras sueño y canto y lloro
los hechizos que en tí adoro
vida y sol del corazón.
Aquí en tanto, hermosa mía,
¡norte y faro de mis ojos!,
al rigor de tus enojos
y al dolor de su pasión.
Triste canta el prisionero
encerrado en su prisión,
y a sus lamentos responde
su cadena en ronco son.
Ábreme oh viento! el camino a la voz.
José Zorrilla.
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