LIBROS Y BRONCES ANTIGUOS
=========================
Relatos de la China antigua.
---------------------------
Cierto letrado necesitaba dinero.
Juntó todos los libros que tenía
en su casa-varios centenares de
volúmenes -y partió para venderlos
en la capital. En el camino se
encontró con otro letrado, quien
después de mirar la lista de los libros,
deseo vivamente poseerlos. Pero él era
pobre y no tenía con que pagarlos;
entonces llevó al otro a su casa para
mostrarle los bronces antiguos que se
disponía a cambiar por arroz. El dueño
de los libros era un gran aficionado
a los bronces antiguos y la colección
le gustó enormemente.
-No los venda-le dijo a su nuevo
amigo-vamos a hacer un cambio. Y trocó
todos sus libros por la colección de
bronces.
La mujer del primero se extrañó de
verlo regresar tan pronto. Echó una
mirada a lo que traía: eran dos o tres
sacos llenos hasta el borde, en los cuales
se entrechocaban los objetos de ruido
metálico. Al saber toda la historia
comenzó a gritar:
¡Qué estupidez! ¿Cómo podemos comer
con estos bronces?
- ¡Bueno! ¿y crees que mis libros
le darán arroz a él?
Tao Shang Jua.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-
=========================
Relatos de la China antigua.
---------------------------
Cierto letrado necesitaba dinero.
Juntó todos los libros que tenía
en su casa-varios centenares de
volúmenes -y partió para venderlos
en la capital. En el camino se
encontró con otro letrado, quien
después de mirar la lista de los libros,
deseo vivamente poseerlos. Pero él era
pobre y no tenía con que pagarlos;
entonces llevó al otro a su casa para
mostrarle los bronces antiguos que se
disponía a cambiar por arroz. El dueño
de los libros era un gran aficionado
a los bronces antiguos y la colección
le gustó enormemente.
-No los venda-le dijo a su nuevo
amigo-vamos a hacer un cambio. Y trocó
todos sus libros por la colección de
bronces.
La mujer del primero se extrañó de
verlo regresar tan pronto. Echó una
mirada a lo que traía: eran dos o tres
sacos llenos hasta el borde, en los cuales
se entrechocaban los objetos de ruido
metálico. Al saber toda la historia
comenzó a gritar:
¡Qué estupidez! ¿Cómo podemos comer
con estos bronces?
- ¡Bueno! ¿y crees que mis libros
le darán arroz a él?
Tao Shang Jua.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-