CHISTES
=======
Precaución.
La cocinera le dice a la señora:
-Mi último amo era un fotógrafo.
- ¿Y por qué se ha marchado usted de
su casa?
-Porque retrataba los trozos de carne
antes de mandarlos a la cocina.
------------------------------ -------
El cuento de la tía
La doncella se presenta a la señora con un
cuento que casi siempre da buenos resultados.
-Señora-le dice-quisiera que me diese permiso
esta noche. Quizás no pueda volver hasta mañana.
- ¿Ocurre alguna novedad? le pregunta el ama con
sorna.
-Figúrese usted. Mi pobre tía que esta peor.
-Con qué tu tía ¿eh?. Y ¿en qué regimiento sirve
la buena señora?.
------------------------------ -------------
En la farmacia.
El trabajo nocturno-dice el dependiente-
es el más penoso y el más expuesto a
equivocaciones lamentables.
- ¿Ha cometido usted algún error de bulto?
-pregunta un cliente.
-Uno gravísimo.
- ¿Equivocó alguna medicina?
- ¡Peor! me dejé encajar un billete falso
de cien euros!.
------------------------------ ------
Un alto en el camino.
Un honorable miembro de una corporación está
en el uso de la palabra desde hace dos horas.
Y no lleva trazas de terminar. Uno de los que se
hallan a su lado le dice en voz baja, pero que
se oye en toda la sala:
-Descanse usted en su trabajo...
-No, no estoy cansado-contesta el infatigable
orador...
- ¡Pero nosotros sí...!-dice una voz en el
fondo de la sala.
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Precaución.
La cocinera le dice a la señora:
-Mi último amo era un fotógrafo.
- ¿Y por qué se ha marchado usted de
su casa?
-Porque retrataba los trozos de carne
antes de mandarlos a la cocina.
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El cuento de la tía
La doncella se presenta a la señora con un
cuento que casi siempre da buenos resultados.
-Señora-le dice-quisiera que me diese permiso
esta noche. Quizás no pueda volver hasta mañana.
- ¿Ocurre alguna novedad? le pregunta el ama con
sorna.
-Figúrese usted. Mi pobre tía que esta peor.
-Con qué tu tía ¿eh?. Y ¿en qué regimiento sirve
la buena señora?.
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En la farmacia.
El trabajo nocturno-dice el dependiente-
es el más penoso y el más expuesto a
equivocaciones lamentables.
- ¿Ha cometido usted algún error de bulto?
-pregunta un cliente.
-Uno gravísimo.
- ¿Equivocó alguna medicina?
- ¡Peor! me dejé encajar un billete falso
de cien euros!.
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Un alto en el camino.
Un honorable miembro de una corporación está
en el uso de la palabra desde hace dos horas.
Y no lleva trazas de terminar. Uno de los que se
hallan a su lado le dice en voz baja, pero que
se oye en toda la sala:
-Descanse usted en su trabajo...
-No, no estoy cansado-contesta el infatigable
orador...
- ¡Pero nosotros sí...!-dice una voz en el
fondo de la sala.
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