Buenos días Angélica. No eres demasiado curiosa, sino inteligente. La curiosidad es
fuente inagotable de sabiduría.
¡Fijate en los niños! Cuando su intelecto despierta, comienzan a hacer preguntas sin fin: ¿Mamá:-Hay polvo en el
mar?-Preguntaba una vez una niña de cuatro años a su progenitora.
Y estas preguntas ya no dejaran de hacerlas a lo largo de toda su vida, aunque sea sólo en voz baja. Pues lo que conocemos de adultos es infinitamente inferior a lo que ignoramos en multitud de "
campos"
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