HORTIGUELA: Marce, con la poesia, no debemos ser analiticos, sino...

EL DESTINO
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Escrito estaba, si: se rompe en vano
una vez y otra la fatal cadena,
y mi vigor por recobrar me afano.
Escrito estaba: el cielo me condena
a tomar siempre al cautivo rudo,
y yo obediente acudo,
restaurando eslabones
que cada vez más rígidos me oprimen:
pues del yugo fatal no me redimen
de mi altivez postrera convulsiones.

¡Heme aquí! ¡tuya soy! ¡dispón, Destino
de tu víctima dócil! Yo me entrego
cual hoja seca al raudo torbellino
que arrebata ciego.

¡Tuya soy! ¡heme aquí! ¡todo lo puedes!
Tu capricho es mi ley; sacia tu saña...
Pero sabe ¡oh cruel! que no me engaña
la sonrisa falaz que hoy me concedes.

Getrudis Goméz de Avellaneda.
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Marce, con la poesia, no debemos ser analiticos, sino dejar que brote del alma muy alegre, muy triste, muy enamorada, bien patriotica muy desengañada o muy querida, por eso
la enlazamos a nuestra vida, de acuerdo, al momento que vivamos, aunque prime, en ella (la vida) lo onirico antes que lo real.
Valoraras?

Creo tienes razón, mas nuestra vida es bastante compleja, aunque parece simple. Tal vez se nos escapa el significado que la ha querido dar el autor ya que ignoramos, las más de las veces,
la vida real del poeta en cuestión. Un año en que cursaba bachiller y dentro de la asignatura de lengua, la profesora nos contaba muchas cosas de los autores que nos hacían comprender mejor su texto. Pero normalmente eso no ocurre, y generalmente sabemos bastante de una obra mientras ignoramos casi todo de la vida del autor. Iriarte y Samaniego tuvieron sus "piques" académicos, por ejemplo, y la vida de La Fontaine no se correspondió mucho con la moral que publicó en sus fábulas. Estos son sólo dos ejemplos que nos pueden aclarar un poco esta distornsión de percepción.
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