ÉGLOGA- NUDISTA (1)
==================
Tu tronco con tu tronco se reveza
palma, salido hoy mismo de su hueso,
y no a fuerza de espacio tras espacio.
Con la vertical nuestra cabeza,
sus músculos nos dan su fortaleza,
y el tacto de la frente adquiere peso
de su movida copa de palacio.
Tu cuerpo ejercitado en el pancracio,
tu palma que diana te origina
cuando flechas la airosa jabalina,
tu mejor zona, ¡oh césped de tu sexo!,
trémulo por la brisa como el mío,
clavel y genuflexo,
tu desnudo que, adán, yo corroboro
abre al ambiente la avidez del poro.
Desnudos sí, vestidos de inocencia,
te incorporas la vida, me incorporo,
somos, y no, cautivos
de las pequeñas vidas animales,
si llegan a rozar nuestra existencia.
Como después de vivos,
nos hacemos terrestres vegetales
en esencia, en presencia y en potencia.
Desnudos se comienza
de nuevo la creación y la sonrisa,
sin vicio, sin vergüenza
íntimamente unidos por la brisa.
Nuestra planta, gozando con el tacto
más que el cordero hambriento con el gusto,
en el forzoso acto
del paso -o compromiso,
siente una sensación de paraíso.
Se detalla tu sangre por tu busto:
¡mira! el sabroso origen de la fuente
del suspiro y del susto.
Das al salir del río
de tus miembros agente
-fuiste allí por mil tús multiplicada,
la sensación del hecho más reciente,
y adivino en tu estado mejor frío
la caliente vaharada
de la mano de Dios recién marchada.
Éste es el primer día.
Todo recobra la categoría,
la personalidad, la arquitectura
de los puros momentos principales.
Halla el alba anterior un compañero,
una conformidad en ti segura.
Las rosas posteriores
son las rosas, los besos iniciales
de la pompa, la gracia y la hermosura:
novedad promotora
del matiz coincidente de la aurora,
del gusto de tu boca y de tu mano.
Queriendo está venenos
serpientes el manzano,
que al rededor del tronco y de si mismas,
a lo látigo primas,
a lo largo barrenos,
ofrezcan como en juegos malabares,
sus pecados de almíbares mollares.
-Largas y demasiadas las serpientes
para e corto y poco del pecado.
Preliminares pájaros, sus plumas
coordinan por amor y su garganta.
Tu mirada ha inventado
los manantiales cielos, las espumas,
y el peso de tu planta,
y la mía y mi peso los caminos.
Miguel Hernandez.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-
==================
Tu tronco con tu tronco se reveza
palma, salido hoy mismo de su hueso,
y no a fuerza de espacio tras espacio.
Con la vertical nuestra cabeza,
sus músculos nos dan su fortaleza,
y el tacto de la frente adquiere peso
de su movida copa de palacio.
Tu cuerpo ejercitado en el pancracio,
tu palma que diana te origina
cuando flechas la airosa jabalina,
tu mejor zona, ¡oh césped de tu sexo!,
trémulo por la brisa como el mío,
clavel y genuflexo,
tu desnudo que, adán, yo corroboro
abre al ambiente la avidez del poro.
Desnudos sí, vestidos de inocencia,
te incorporas la vida, me incorporo,
somos, y no, cautivos
de las pequeñas vidas animales,
si llegan a rozar nuestra existencia.
Como después de vivos,
nos hacemos terrestres vegetales
en esencia, en presencia y en potencia.
Desnudos se comienza
de nuevo la creación y la sonrisa,
sin vicio, sin vergüenza
íntimamente unidos por la brisa.
Nuestra planta, gozando con el tacto
más que el cordero hambriento con el gusto,
en el forzoso acto
del paso -o compromiso,
siente una sensación de paraíso.
Se detalla tu sangre por tu busto:
¡mira! el sabroso origen de la fuente
del suspiro y del susto.
Das al salir del río
de tus miembros agente
-fuiste allí por mil tús multiplicada,
la sensación del hecho más reciente,
y adivino en tu estado mejor frío
la caliente vaharada
de la mano de Dios recién marchada.
Éste es el primer día.
Todo recobra la categoría,
la personalidad, la arquitectura
de los puros momentos principales.
Halla el alba anterior un compañero,
una conformidad en ti segura.
Las rosas posteriores
son las rosas, los besos iniciales
de la pompa, la gracia y la hermosura:
novedad promotora
del matiz coincidente de la aurora,
del gusto de tu boca y de tu mano.
Queriendo está venenos
serpientes el manzano,
que al rededor del tronco y de si mismas,
a lo látigo primas,
a lo largo barrenos,
ofrezcan como en juegos malabares,
sus pecados de almíbares mollares.
-Largas y demasiadas las serpientes
para e corto y poco del pecado.
Preliminares pájaros, sus plumas
coordinan por amor y su garganta.
Tu mirada ha inventado
los manantiales cielos, las espumas,
y el peso de tu planta,
y la mía y mi peso los caminos.
Miguel Hernandez.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- .-.-