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HORTIGUELA: Me gusta que le recuerdes era preferido de mami. Era...

A LA NOCHE
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Romance
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Salve, oh tú, noche serena
que el mundo velas augusta,
y los pesares de un triste
con tus pesares endulzas.
El arroyuelo a lo lejos
más acallado murmura,
y entre las ramas el aura
eco armonioso susurra.
Se cubre el manto de sombras,
que las praderas arrullan,
y las estrellas apenas
con trémula luz alumbran.
Melancólico ruido
del mar las olas murmuran,
y fatuos, rapidos fuegos
entre sus aguas fluctúan.

El magestuoso río
sus claras ondas enluta
y los colores del campo
se ven en sombra confusa.
Al aprisco sus ovejas
lleva el pastor con presura,
y el labrador impaciente
los pesados buyes punza.
En sus hogares le esperan
su esposa y prole robusta,
parca cena preparada
sin sobresalto ni angustia.
Todos suave reposo
en tu calma, ¡oh, noche buscan,
y aun las lágrimas tus sueños
al desventura enjugan.
¡Oh, qué silencio! ¡Oh qué grata
oscuridad y tristura!
¡Cómo al alma contemplaros
en sí recogida gusta!
Del mustio agorero búho
el ronco graznar se escucha,
que el magnífico reposo
interrumpe de las tumbas.
Allá en la elevada torre
lánguida lámpara alumbra´,
y en derredor negras sombras
agitándose circulam.
Mas ya el pértigo de plata
muestra naciente la luna,
y las cimas del otero
de cámdida luz inunda.
Con magestad se adelanta
y las estrellas ofusca,
y el azul del alto cielo
reverbera en lumbre pura.
Deslízase manso el río,
y la luz trémula ondula
en las aguas retratada,
que terso espejo, relumbran.
Al blando latir del remo
dulces cantares se escuchan
del pescador y del barco
al plácido rayo cruza.
El ruiseñor a su esposa
con vario cántico arrulla,
y en la calma de los bosques
dice él solo sus ternuras.
Tal vez de algún caserío
se ve subir en confusas
ondas el humo, y por ellas
entre-clarear la luna.
Por el espeso ramaje
penetrar sus rayos dudan,
y las hojas que los quiebran
hacen que tímidos luzcan.
Ora de brisa suave
entre las flores susurra,
y de sus gratos aromas
el ancho campo perfuma.
Ora acaso en la montaña
eco sonoro modula
algún lánguido sonido,
que otro a imitar se apresura.
Silencio, plácida calma,
a algún murmullo se juntan
tal vez, haciendo más grata
la faz de la noche oscura.
¡Oh! salve, amiga del triste,
con blando bálsamo endulza
los pesares de mi pecho,
que en tí su consuelo buscan.

Espronceda
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Me gusta que le recuerdes era preferido de mami. Era español.