ROMANCE DEL VIENTO
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Viento que el Urbión desata,
que el Moncayo nos envía,
cuando la mañana asciende,
cuando la tarde declina.
cuando escoltada de estrellas
que su carromato aguijan,
la larga noche fecunda
de tumbo en tumbo camina.
Viento frío entre las nieves,
pañales de tus puericias,
jugabas a la pelota
contra las rocas macizas.
Y ya adulto abofeteas
las invencibles encinas,
y los caminos arañas
y los astros esmerilas.
Nos arrebatas las flores,
nos violas crudo las brisas,
y los mármoles que robas
esculpes nubes bravías.
Yo te digo si de los chopos
arrancas arpegios de ira,
si en los hilos telegráficos
ensayas tus chirimías.
Maldito seas. La frente
tu me la dejas barrida
y me avientas de los ojos
un rescoldo de cenizas.
Seas maldito. Molinos
no diviertes tus fatigas.
No rasguen libres veletas
tus entrañas de delicias.
No halles frondas cuyas telas
desgarran tus uñas lívidas,
frondas en el mayo verdes
o en el octubre cobrizas.
Sigue esclavo dando vueltas
a la turbina infinita,
sigue afanoso en la noria
de las noches y los días.
Gerardo Diego.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
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Viento que el Urbión desata,
que el Moncayo nos envía,
cuando la mañana asciende,
cuando la tarde declina.
cuando escoltada de estrellas
que su carromato aguijan,
la larga noche fecunda
de tumbo en tumbo camina.
Viento frío entre las nieves,
pañales de tus puericias,
jugabas a la pelota
contra las rocas macizas.
Y ya adulto abofeteas
las invencibles encinas,
y los caminos arañas
y los astros esmerilas.
Nos arrebatas las flores,
nos violas crudo las brisas,
y los mármoles que robas
esculpes nubes bravías.
Yo te digo si de los chopos
arrancas arpegios de ira,
si en los hilos telegráficos
ensayas tus chirimías.
Maldito seas. La frente
tu me la dejas barrida
y me avientas de los ojos
un rescoldo de cenizas.
Seas maldito. Molinos
no diviertes tus fatigas.
No rasguen libres veletas
tus entrañas de delicias.
No halles frondas cuyas telas
desgarran tus uñas lívidas,
frondas en el mayo verdes
o en el octubre cobrizas.
Sigue esclavo dando vueltas
a la turbina infinita,
sigue afanoso en la noria
de las noches y los días.
Gerardo Diego.
-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Me gusta su poesia.
Saludos
Saludos