He disfrutado de conciertos, al aire libre, si me han encantado. En La iglesia, en las catedrales, no hay nada tan
especial, como para elevar nuestra alma, a la cumbres de la divina y misericordiosa presencia de Dios.
Un abrazo
especial, como para elevar nuestra alma, a la cumbres de la divina y misericordiosa presencia de Dios.
Un abrazo