EL MUCHACHO Y LA FORTUNA
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Fábula
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Junto a la boca de un pozo profundo se quedó dormido
un muchacho cuan largo era. ¡Para un escolar cualquier piedra
sirve de cómodo lecho!. Un hombre discreto, en caso parecido,
hubiera dado un salto de veinte pasos cuando menos.
Acertó a pasar por allí felizmente la Fortuna, y, despertándole
con precaución, le dijo: ¡Muchacho, en esta ocasión te salvo la
vida! pero ten más cuidado otra vez; si te hubieras ahogado,
siendo tuya la imprudencia, a mi me huebieran echado la culpa.
Y dichas tales palabras, la Fortuna sigue su camino.
Yo aplaudo su discurso. Nada sucede en el mundo en que no la
hagamos responsable. En todas nuestras francachuelas, tiene
que pagar su escote, y carga con todas nuestras aventuras. Si
somos necios o imprudentes, creemos vernos libres acusando
a nuestra suerte. En fin, que siempre es la Fortuna la culpable.
La Fontaine
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Fábula
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Junto a la boca de un pozo profundo se quedó dormido
un muchacho cuan largo era. ¡Para un escolar cualquier piedra
sirve de cómodo lecho!. Un hombre discreto, en caso parecido,
hubiera dado un salto de veinte pasos cuando menos.
Acertó a pasar por allí felizmente la Fortuna, y, despertándole
con precaución, le dijo: ¡Muchacho, en esta ocasión te salvo la
vida! pero ten más cuidado otra vez; si te hubieras ahogado,
siendo tuya la imprudencia, a mi me huebieran echado la culpa.
Y dichas tales palabras, la Fortuna sigue su camino.
Yo aplaudo su discurso. Nada sucede en el mundo en que no la
hagamos responsable. En todas nuestras francachuelas, tiene
que pagar su escote, y carga con todas nuestras aventuras. Si
somos necios o imprudentes, creemos vernos libres acusando
a nuestra suerte. En fin, que siempre es la Fortuna la culpable.
La Fontaine
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