EL AMOR DE LOS AMORES
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Pero te llamo yo ¡dulce amor mío!
como si fueras tú mortal viviente
cuando sólo eres luz, eres ambiente,
eres aroma, eres vapor del río.
Eres la sombra de la nube errante,
eres el son, del árbol que se mueve,
y aunque a adorarte el corazón se atreve,
tú sólo en la ilusión eres mi amante.
Hoy me engañas también como otras veces;
tú eres la imagen que el delirio crea,
fantasma del vapor que me rodea
que con el fuego de mi aliento creces.
Mi amor, el tierno amor por el que lloro,
eres, tan sólo tu ¡señor Dios mío!
Si te busco y te llamo, es desvarío
de lo mucho que sufro y que te adoro.
Yo nunca veré, porque no tienes
ser humano, ni forma ni presencia;
yo siempre te amaré, porque en esencia
al alma mía como amante vienes.
Nunca en tu frente sellará mi boca
el beso que al ambiente le regalo;
siempre el suspiro que tu amor exhalo
vendrá a quebrarse en la insensible roca.
Pero cansada de penar la vida,
cuando se apague el fuego del sentido,
por el amor tan puro que te he tenido
tú me darás la gloria prometida.
Y entonces al ceñir la eterna palma
que ciñen tus esposas en el cielo,
el beso celestial, que darte anhelo,
llena de gloria te dará mi alma.
Carolina Coronado
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Pero te llamo yo ¡dulce amor mío!
como si fueras tú mortal viviente
cuando sólo eres luz, eres ambiente,
eres aroma, eres vapor del río.
Eres la sombra de la nube errante,
eres el son, del árbol que se mueve,
y aunque a adorarte el corazón se atreve,
tú sólo en la ilusión eres mi amante.
Hoy me engañas también como otras veces;
tú eres la imagen que el delirio crea,
fantasma del vapor que me rodea
que con el fuego de mi aliento creces.
Mi amor, el tierno amor por el que lloro,
eres, tan sólo tu ¡señor Dios mío!
Si te busco y te llamo, es desvarío
de lo mucho que sufro y que te adoro.
Yo nunca veré, porque no tienes
ser humano, ni forma ni presencia;
yo siempre te amaré, porque en esencia
al alma mía como amante vienes.
Nunca en tu frente sellará mi boca
el beso que al ambiente le regalo;
siempre el suspiro que tu amor exhalo
vendrá a quebrarse en la insensible roca.
Pero cansada de penar la vida,
cuando se apague el fuego del sentido,
por el amor tan puro que te he tenido
tú me darás la gloria prometida.
Y entonces al ceñir la eterna palma
que ciñen tus esposas en el cielo,
el beso celestial, que darte anhelo,
llena de gloria te dará mi alma.
Carolina Coronado
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Bella, bellisima, la poesia de Carolina Coronado.! Cuanta poesia de calidad he conocido a traves de ti Marcelino. Gracias, por la oportunidad, que nos das a todos de recrear el alma, de salir un poco de nuestros, problemas, cotidianos. Que Dios te siga iluminando, en tu diario bregar. junto a los que amas. Am..
Angelica.
Angelica.