Angela: Sí es molesto el frío en demasía. Yo mismo lo he sufrido frecuentemente cuando fui niño
y buena parte de adolescencia. Las continuas nevadas en el invierno unido a los escasos medios de calefacción y aislamiento lo hicieron posible. A su vez el trabajo en el campo lo hace más penoso en
esas circunstancias. Por ello los sabañones estaban en nuestras manos y orejas de forma bastante frecuente. Algo fue mitigado con las espesas prendas de lana que nuestras madres y abuelas tejían
con sus propias manos.
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y buena parte de adolescencia. Las continuas nevadas en el invierno unido a los escasos medios de calefacción y aislamiento lo hicieron posible. A su vez el trabajo en el campo lo hace más penoso en
esas circunstancias. Por ello los sabañones estaban en nuestras manos y orejas de forma bastante frecuente. Algo fue mitigado con las espesas prendas de lana que nuestras madres y abuelas tejían
con sus propias manos.
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