HORTIGUELA: Poesía de la buena, de la sentida; esa que llega fácilmente...

Que peligroso amor
Es tu amor para mí
Qué peligroso es
y dulce a la vez
Que me siento segura
Pero llena de dudas
Que me agranda la vida
Y me alarga el silencio

Que peligroso amor
es tu amor para mí
me ha devuelto las ganas
de vivir y de amar
pero estoy condenada
a tenerte y perderte
se me ha vuelto un abismo
mi vida por ti.

Amor amor,
Amor, amor amargo
Amor tan dulce
amor amor tan tierno
amor, que duele
amor que hiere
amor que endulza
amor que amarga
amor, amor
amor, amor amargo
amor tan dulce
amor amor tan tierno
amor que quema
amor que enferma
amor que llama
amor que mata...

Que peligroso amor
Es tu amor para mí

uN ABRAZO

Ya no quiero jugar
No es un juego el amor
Mariposa insegura
Ya no puedo volar
Porque voy a perder y tú vas a ganar.
Amor...

Poesía de la buena, de la sentida; esa que llega fácilmente al corazón. Gracias.
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Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Si tenemos que hacer llegar, a todos la musica, la poesia linda, dulce, romantica, porque
es tan, insensato, que voces maravillosas que hay en el mundo, por necesidades, economicas, o por distintascircunstancias canten temas, tan horribles y a veces obscenidades,
que gustan muy poco., y a pocas personas, logicamente.
A, la juventud, maravillosa del mundo: cONTRIBUYAN,
RECORDANDO <Juventud, divino tesoro>
Un saludo, a todos un beso.
eEs preciosa, esa letra, usualmente cantada por Miriam Hernandez
sus canciones son asi, llegan al alma.
Me encanta, y siempre me ocurre, me siemto bien que otros la, puedan
escuchar. yo se que las personas, mas ocupadas, quizas no les inte
, rese
Pero y la otra, parte, como nosotros, oimos mucha musica, verdadera y
sabemos que Españ, es cuna de lo mejor y saben apreciar esa la musica
que llega al alma, constituye un placer, enviarles, en resp a todo lo
hermoso que llega de alla.
decada ... (ver texto completo)
Lectura del santo evangelio según san Marcos (1,40-45):

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: «Si quieres, puedes limpiarme.»
Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero: queda limpio.» La lepra se le quitó inmediatamente, y quedó limpio.
Él lo despidió, encargándole severamente: «No se lo digas a nadie; pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés.»
Pero, cuando se fue, empezó a ... (ver texto completo)