HOYALES DE ROA: ERMITA DE LA VIRGEN DE ARRIBA...

que alguien me cuente algo de hoyales de roa por que lo deje ha algunos años

ERMITA DE LA VIRGEN DE ARRIBA

Las devociones populares de los pueblos de Castilla solían cobijarse en pequeñas ermitas localizadas en el extrarradio de los caseríos, muchas de las cuales han desaparecido. Así, en Hoyales hay referencias a la del Cristo, posiblemente ubicada en la cañada de Aranda, donde hoy se conserva una Cruz de piedra desde la que, por San Isidro, se bendicen los campos, a la llamada “de los griegos”, en la confluencia de los términos municipales de Berlangas, Hoyales y Castillo, y a la que pudo ocupar terrenos junto a la fuente de La Ventanilla, en el pago que se conoce como “El Santo”.

Hoyales, con todo, tiene como celestial Patrona y así la honra a la Virgen de Arriba, imagen “de vestir” que sienta sus reales en las inmediaciones de las bodegas, dentro de una pequeña ermita cuyos orígenes se desconocen pero que ya existía en 1590, fecha en la que algunos señalan su construcción, bien que sin suficiente rigor documental. El sitial de la imagen se halla encavado en un modesto retablo neoclásico con pinturas de San Gregorio y San Antonio, de vetusta devoción, junto a San Basilio. La declaración de Patrona por parte del Obispo de Osma y fijación de fecha para la celebración de su fiesta (segundo domingo de noviembre) datan de 1818.

Se trata de un pequeño templo con una sola nave y espadaña, de sobria y rústica fábrica, bien que de empaque pétreo, rodeado de un muro cuyo recinto interior procesional fue usado en tiempos como cementerio. Es claro y así se muestra en documentos del siglo XVIII que en las diferentes obras de restauración y ampliación (1713) y quizás también en su construcción se emplearon piedras originarias del Castillo. Es de notorio conocimiento que el abandono de la fortaleza y la desidia ducal propiciaron que los restos de ese Castillo y sus fortificaciones sirvieron de “cantera” para la ermita, para la iglesia parroquial y aún en 1882 para el cerramiento del Cementerio, amen de otros usos más espurios. Se contó, eso sí, con la reglamentaria autorización del duque de Peñaranda.

Hasta no hace demasiados años, la pared norte del templo estaba jalonada de exvotos, testimonio de presuntas curaciones y hechos extraordinarios que la devoción popular atribuía a la intersección de la Madre de Dios, patrona celestial de los hoyalenses. Sigue siendo escenario de determinados ritos ancestrales como la Salve de los novios o las “misas de vivos”, a los que oportunamente convoca el tañer de la pequeña campana que pende de la espadaña.