Sin duda, y continúo en el particular
homenaje a García Márquez, una lengua, por aparentemente poderosa que sea, como así parece ser hoy en día el castellano, necesita cultivadores en todas las áreas: desde quienes cultivan algún oficio y son maestros al respecto (pensemos en nuestro Joaquín Díaz), los científicos (nuestros grandes antropólogos con Germán Delibes a la cabeza), nuestros políticos, nuestros pensadores y filósofos, etc.
Es posible que alguien diga que esto está trufado de paternalismo,
... (ver texto completo)