Palacio de los Fernández-Zorrilla
El Palacio de los Fernández-Zorrilla es un
edificio histórico situado a 25km de la ciudad española de
Burgos en la localidad de
Huérmeces, declarada Conjunto Histórico e incorporada al inventario de Patrimonio Cultural de
Castilla y León. De estilo barroco, el Palacio fue construido en los años finales del siglo XVI y primeros del XVII por D. Juan y su hermano, D. Pedro Fernández-Zorrilla, quien fuera este último Capellán de su Majestad el Rey Felipe III y Obispo de Jaca, Mondoñedo,
Badajoz y finalmente de Pamplona.
Palacio de los Fernández-Zorrilla, Huérmeces. Pronvincia de Burgos
Es uno de los principales inmuebles de esta villa histórica y destaca por su exquisita
Capilla, casi con amplitud de
Iglesia y su imponente
escudo blasonado de la
fachada, en cuya orla se puede leer el siguiente lema:
«Velar se debe la vida de tal suerte, que viva quede en la muerte»
Durante los siglos XVIII y XIX esta
casa señorial sirvió de
colegio y posteriormente de casa de
labranza. Fue restaurada hace 30 años recuperando su esencia y espíritu original.
Historia
Los documentos más antiguos que conservan en Huérmeces sobre el Palacio nos remontan a principios del siglo XVII por lo que poco se conoce sobre los antiguos moradores de este palacio. Por iniciativa del prelado, D. Pedro Fernández-Zorrilla, se construyó el edificio junto a la casa de sus progenitores. Sin embargo, fue su hermano, D. Juan Fernández-Zorrilla quien vivió más en la casa, junto con su mujer Doña Ángela de Salazar y Arce y su hijo, D. Pedro Fernández-Zorrilla, colegial del Mayor de
Salamanca.
El fuerte temperamento del Obispo Don Pedro le llevó a enfrentarse con el clero, el
pueblo y las autoridades navarras al poco de tomar posesión de la sede de Pamplona, en el año 1627. Tras su excomunión del cabildo pamplonés el obispo se alejó a la villa de Sos. Murió en Estella el 11 de agosto de 1637 y su cuerpo fue traído a Huérmeces, a la capilla que él construyera.
Erigida a la entrada del desfiladero abierto por el cauce del
rio Úrbel, Huérmeces adquirió el título de Villa en el Siglo XVI, su época de mayor prosperidad. Un pasado ilustre vinculado a importantes
familias y regidores que ha llegado a nuestros días a través del interesante conjunto de
casas señoriales de la época renacentista y barroca, entre las que destacan el Palacio de los Fernández-Zorrilla.
La Villa de Huérmeces guarda secretos que nos hablan de nuestros orígenes. Allí encontramos huellas del hombre protohistórico, que vivió hace más de 100.000 años. Muy cerca de allí, en la
cueva de Valdegova, también aparecen vestigios de la presencia del hombre del Neanderthal, desaparecido hace 35 milenios. Desde la época prehistórica el desfiladero del Rio Urbel, a cuya orilla se sitúa la villa, se consideró un buen lugar para asentarse por su abundante
caza,
pesca y vivir al abrigo de sus numerosas
cuevas.
A final de 2017 se publicó el descubrimiento de la planta de una villa
romana de grandes dimensiones cercana a la localidad. Un yacimiento incluido en el inventario Arqueológico Provincial desde 1998.