Tiene su
iglesia dedicada a
San Martín, obispo, y es renacentista con restos románicos, de una sola nave amplia y pequeña
capilla lateral, con
bóvedas y nervaturas de
piedra. El
ábside es rectangular. La
portada es clasicista, con
arco de medio punto con impostas y molduras, friso,
hornacina con San Martín y
frontón partido, todo bajo arco triunfal de medio punto con casetones. Y la
torre es cuadrada, rematada en bolas, con cuatro huecos y dos
campanas.
La
pila es
románica con
arcos y círculos y pie cuadrado con serpiente rústica y el
retablo mayor es rococó, de 1783.
Hay una buena imagen de San Sebastián; un Crucificado de pared, una
Virgen sedente con Niño y otras tres imágenes, góticas.
Sus libros parroquiales dan comienzo en el año 1637.
Conserva las
ermitas de
Santa María, con portada románica, y San vítores.
Hay en su término una
mina de hierro, declarada y sin explotar, y una extensa dehesa con el ejemplar de roble más corpulento de la provincia –casi 11 m de contorno-: el roble de la
Laguna de la Cantera.
Y están catalogados en su suelo un yacimiento posiblemente de la Edad de Hierro, el “depósito” más grande de la provincia en número de cosas; y dos posiblemente
Medievales.
Y en la
ermita de la Virgen de Vega, comunera con los otros
pueblos, hubo un poblado, con vestigios Celtibéricos,
Romanos y Medievales.
Sin duda pasó por sus tierras la calzada
romana de Clunia a Tritium Magallum, en
La Rioja.