Queremos dejar constancia de este centenario
nogal, con testimonio e imágenes, hoy añorado por muchos, para que su recuerdo y admiración perdure entre las generaciones actuales y futuras.
Los siguientes versos hablan de su presencia en el
pueblo:
Soportó fríos y las nieves
en los meses invernales,
y vio germinar las mieses
en los días primaverales.
Villalibado ha perdido su enseña -el centenario nogal- como perdió sus habitantes, pero, citando a Faustino Calderón, podemos decir.
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