A las afueras del
pueblo y en zona alta y solitaria está situada su
iglesia, dedicada a
San Adrián, mártir, muy remodelada, con base
románica, de
una nave. El
ábside es rectangular con grandes contrafuertes laterales y canes lisos en
alero. La
portada tiene
arco apuntado con impostas-
capiteles y arquivoltas. Y la
torre es cuadrada, rematada en
cruz, con tres huecos y dos
campanas. En la actualidad está en estado ruinoso.
Sus libros parroquiales comienzan en 1859.
En su suelo está catalogado un yacimiento arqueológico de la Edad de Hierro II (un castro de los cántabros con estructuras tumulares).
Y a la salida del pueblo hacia el sur comienza un desfiladero, que se conoce como “El Butrón”, por el que discurre un arroyo afluente del
río Villahernando y el
camino que lleva a Boada.