Así era como oí siempre llamar a esta pegajosa, transparente y amarillenta bola que aparecía en los árboles frutales y que había costumbre, de niños, de masticar como si fuera chicle.
Con el tiempo me informé que realmente su nombre es "gomosis" y que lo segregan los árboles como defensa ante la presencia de algún hongo. No es venenoso y puede aparecer en el árbol por exceso de lluvia o por una mala poda.