La Cruz Procesional de Iglesias
Cruz realizada por el artista Sebastian de Olivares (interesante ver los datos que se reflejan en este enlace acerca de la cruz procesional de Iglesias), (Sebastián de Olivares usó como marca un punzón muy pequeño, en el que una S y una N flanquean un arbolito u olivo. Se encuentra en la cruz de Iglesias, una de las mejores que se hayan hecho en Burgos. La cruz de Iglesias es una cruz latina de brazos abalaustrados muy anchos, especialmente el inferior. (mide 119 cm de altura, de ellos 66 cm el arbol, y 57,5 cm de anchura. El crucificado mide 18 por 19 cm y la placa de San Martín, 13,5 por 12,5 cm.) Los brazos están enteramente repujados con una fantasía admirable. Una cinta, recogida con cueros recortados, recorre el exterior de los brazos y se curva junto al cuadrón. Cueros recortados, festones, faunos y cariátides enmarcan medallones repujados. En el anverso en los óvalos más próximos al cuadrón se disponen los Evangelistas; en los circulos de los extremos se colocan escenas de la Pasión, la Coronación de espinas, Cristo con la cruz a cuestas, la Piedad y la Resurrección. En el reverso se repujan los Padres de la Iglesia y otras escenas de la Pasión: la Oración en el Monte de los Olivos, la Cena, la Traición de Judas y la Flagelación. Del cuadrón salen ráfagas a partir de cestos de flores. Sobre una vista de la ciudad celestial se sitúa el Crucificado, magnificamente modelado. En el reverso, San Martín, patrón de la localidad, compartiendo su capa con un mendigo. El pie es admirable, Tiene forma de ánfora. En el friso central seis apóstoles en nichos de arquitectura clásica, San Andrés, San Pedro, Santo Tomás, San Juan, Santiago el menor y otro sin identificar. Cariátides monstruosas enlazan el cuerpo superior con el inferior. El inferior lleva asas fundidas de gran finura. Cariátides bajo pabellones, cueros, festones, guirnaldas y otros motivos cubren toda la superficie de la maza. Están realizados todos los detalles con un magnífico dibujo y soberbia técnica. El cañon tiene forma de columna con capitel corintio; el fuste se divide en dos partes, el primero con decoración relevada y el segundo con aristas. La cruz de Iglesias, excelentemente repujada, presenta una disposición original y un recargamiento decorativo que no impide que el efecto del conjunto resulte maravillosamente acertado y sorprendente. Se inspira en las cruces de brazos abalaustrados de los años treinta, pero la fantasía con la que se reinterpreta el modelo lo hace irreconocible. Máscaras de rostros demoniacos, máscaras con velos, centauros, ángeles tenantes, figuras femeninas bajo pabellón, festones, guirnaldas, aletas o contracurvas en ese, hermes contraviniendo todo principio de sujección..... forman el repertorio decorativo más rico que se haya usado en Burgos. La manzana nos parece originalisima, esbelta y de forma ajarronada. Sin duda, junto con alguna otra Cruz como la de Los Balbases, es obra cimera de la platería burgalesa en la segunda mitad del siglo XVI. Por si fuera poco, los brazos de la cruz están enteramente repujados a martillo. Se interrumpe momentaneamente el abuso del sobrepuesto, tan caracteristico de la platería burgalesa. En lo iconográfico es igualmente original. El Crucificado es estilizado y elegante. Junto a los Evangelistas y a los Doctores de la Iglesia se incorporan imagenes de la Pasión, inspirados en Durero. La pequeña Pasión y las planchas con el mismo tema que Durero grabó en el año 1512; los modelos de Durero se reconocen mejor en la Flagelación, la Oración en el Huerto, y la Resurrección. Nos preguntamos si la obra con la que si dió a conocer fue con la cruz de Iglesias. No tenemos noticias documentales sobre ella y sería muy interesante saber como se pagó la hechura. es una prueba contundente de lo que podían haber hecho los plateros en un medio diferente, que hubiera valorado la labor artística en su justa medida y que no presionara hacia abajo en el coste de las hechuras, dando la impresión a veces de que se tiene la plata como una inversión económica en la que no es la apariencia formal el interés fundamental perseguido. Si se compara la cruz de Iglesias con el resto de su obra, se observa que el artista retrocedió, se sometió al gusto del cliente y a la técnica y práctica imperantes) importante platero burgalés del siglo XVI, entre los años 1565 y 1580 y posteriormente restaurada y vuelta a su pasado explendor por Maese Saturnino Calvo en el año 1950.
Cruz realizada por el artista Sebastian de Olivares (interesante ver los datos que se reflejan en este enlace acerca de la cruz procesional de Iglesias), (Sebastián de Olivares usó como marca un punzón muy pequeño, en el que una S y una N flanquean un arbolito u olivo. Se encuentra en la cruz de Iglesias, una de las mejores que se hayan hecho en Burgos. La cruz de Iglesias es una cruz latina de brazos abalaustrados muy anchos, especialmente el inferior. (mide 119 cm de altura, de ellos 66 cm el arbol, y 57,5 cm de anchura. El crucificado mide 18 por 19 cm y la placa de San Martín, 13,5 por 12,5 cm.) Los brazos están enteramente repujados con una fantasía admirable. Una cinta, recogida con cueros recortados, recorre el exterior de los brazos y se curva junto al cuadrón. Cueros recortados, festones, faunos y cariátides enmarcan medallones repujados. En el anverso en los óvalos más próximos al cuadrón se disponen los Evangelistas; en los circulos de los extremos se colocan escenas de la Pasión, la Coronación de espinas, Cristo con la cruz a cuestas, la Piedad y la Resurrección. En el reverso se repujan los Padres de la Iglesia y otras escenas de la Pasión: la Oración en el Monte de los Olivos, la Cena, la Traición de Judas y la Flagelación. Del cuadrón salen ráfagas a partir de cestos de flores. Sobre una vista de la ciudad celestial se sitúa el Crucificado, magnificamente modelado. En el reverso, San Martín, patrón de la localidad, compartiendo su capa con un mendigo. El pie es admirable, Tiene forma de ánfora. En el friso central seis apóstoles en nichos de arquitectura clásica, San Andrés, San Pedro, Santo Tomás, San Juan, Santiago el menor y otro sin identificar. Cariátides monstruosas enlazan el cuerpo superior con el inferior. El inferior lleva asas fundidas de gran finura. Cariátides bajo pabellones, cueros, festones, guirnaldas y otros motivos cubren toda la superficie de la maza. Están realizados todos los detalles con un magnífico dibujo y soberbia técnica. El cañon tiene forma de columna con capitel corintio; el fuste se divide en dos partes, el primero con decoración relevada y el segundo con aristas. La cruz de Iglesias, excelentemente repujada, presenta una disposición original y un recargamiento decorativo que no impide que el efecto del conjunto resulte maravillosamente acertado y sorprendente. Se inspira en las cruces de brazos abalaustrados de los años treinta, pero la fantasía con la que se reinterpreta el modelo lo hace irreconocible. Máscaras de rostros demoniacos, máscaras con velos, centauros, ángeles tenantes, figuras femeninas bajo pabellón, festones, guirnaldas, aletas o contracurvas en ese, hermes contraviniendo todo principio de sujección..... forman el repertorio decorativo más rico que se haya usado en Burgos. La manzana nos parece originalisima, esbelta y de forma ajarronada. Sin duda, junto con alguna otra Cruz como la de Los Balbases, es obra cimera de la platería burgalesa en la segunda mitad del siglo XVI. Por si fuera poco, los brazos de la cruz están enteramente repujados a martillo. Se interrumpe momentaneamente el abuso del sobrepuesto, tan caracteristico de la platería burgalesa. En lo iconográfico es igualmente original. El Crucificado es estilizado y elegante. Junto a los Evangelistas y a los Doctores de la Iglesia se incorporan imagenes de la Pasión, inspirados en Durero. La pequeña Pasión y las planchas con el mismo tema que Durero grabó en el año 1512; los modelos de Durero se reconocen mejor en la Flagelación, la Oración en el Huerto, y la Resurrección. Nos preguntamos si la obra con la que si dió a conocer fue con la cruz de Iglesias. No tenemos noticias documentales sobre ella y sería muy interesante saber como se pagó la hechura. es una prueba contundente de lo que podían haber hecho los plateros en un medio diferente, que hubiera valorado la labor artística en su justa medida y que no presionara hacia abajo en el coste de las hechuras, dando la impresión a veces de que se tiene la plata como una inversión económica en la que no es la apariencia formal el interés fundamental perseguido. Si se compara la cruz de Iglesias con el resto de su obra, se observa que el artista retrocedió, se sometió al gusto del cliente y a la técnica y práctica imperantes) importante platero burgalés del siglo XVI, entre los años 1565 y 1580 y posteriormente restaurada y vuelta a su pasado explendor por Maese Saturnino Calvo en el año 1950.